Habíamos escuchado hablar mucho de él e incluso habíamos leído sobre su experiencia como empresario al que la crisis "obligó" a hacerse youtuber, pero su historia era tan increíble que teníamos que conocerle personalmente.
Lo encontramos en su exclusivo showroom madrileño, en pleno Barrio de Salamanca, entre la emblemática Puerta de Alcalá y la Cibeles, enfrascado con su equipo en el trabajo del día a día, entre rollos de tela, tijeras, hilos y un metro del que nunca se separa. Aunque habíamos contactado con su equipo de comunicación, es Bere quien nos recibe y nos presenta a sus colaboradores.
Previamente ha bloqueado su agenda para que nadie le interrumpa mientras hablamos con él y se sienta dispuesto a contarnos cómo fue su renacer como empresario, cuando en el año 2007 cayó en la ruina más absoluta.
Toda, es imprescindible. Una pequeña empresa sin redes sociales sería casi imposible que tuviese la capacidad de salir fuera de su ámbito local. Por primera vez en la historia, una empresa de un recóndito y diminuto pueblo puede llegar hasta el último rincón del planeta. Todo ello con un coste insignificante.
Compartir con nuestra comunidad de seguidores mis conocimientos, mis emociones, mis recomendaciones, pero sobre todo, mi pasión por lograr que el hombre aprenda a sacar todo el partido que lleva dentro.
10 años después de incorporarme a las redes sociales, afortunadamente, ya tenemos a un gran director de comunicación para la firma y eso me ayuda a centrar mi energía en el crecimiento de la compañía. Pero una empresa que comienza debe dedicar, al menos, entre 2 y 4 horas diarias a cuidar y mimar sus redes sociales, sin descuidar a sus clientes diariamente.
No tener conocimientos financieros y por lo tanto, no disponer de una correcta planificación financiera. En aquellos años los bancos daban créditos o pólizas incluso dentro de las bolsas de magdalenas en los supermercados hasta que llegó la crisis en 2008. Fue en aquel momento donde descubrimos la realidad de aquel sueño, estábamos endeudados hasta las cejas, pero lo más grave, sin capacidad alguna de poder devolver el dinero prestado.
En lugar de una lección aprendí dos. Nunca, por muy grave y crítica que sea una situación, se debe tirar la toalla, jamás. En segundo lugar, es imprescindible aprender una buena cultura financiera, lo queramos o no, esta es el gran pilar para que una empresa pueda mantenerse en el tiempo, para finalmente comenzar a crecer.
Me lo he preguntado cientos de veces en estos últimos 10 años. Probablemente y sin duda alguna, hubiese emprendido otro proyecto distinto, soy pasión en estado puro.
Tengo a mi familia a 500km y apenas puedo verlos 2, o como mucho, 3 veces al mes. El resto no es una renuncia per se, trabajo en mi gran sueño, cumplo la misión para la que he venido a esta vida y trato de que la personas con las que trabajo sean felices, se sientan parte de este gran proyecto y se impliquen como lo estoy yo.
Nunca en mi vida lo he visto tan increíblemente bien como ahora. Existe una conciencia generalizada de que el trabajo por cuenta ajena está en proceso de extinción y esto fomenta que todos tomemos conciencia de que el emprendimiento, aunque sea muy pequeño, es el futuro laboral de millones de personas. Comenzando por instituciones, inversores, bancos y agentes sociales.
Si cree firmemente en su objetivo y no tiene vuelta atrás, tiene que hacer una correcta planificación financiera y ponerse a trabajar desde el primer día, sin esperar a que todas las circunstancias, adversidades y elementos estén donde se espera que estén. Nunca saldrán las cosas como se tienen planificadas. El camino se aprende caminando.
Terminamos la entrevista con la sensación de que hemos conocido a un trabajador infatigable, un enamorado de la vida, un soñador incansable y un inconformista por convicción. La pasión es el verdadero motor de su día a día, y así lo transmite en cada momento. Si no le hubiera funcionado el recurso de youtube para dar a conocer su trabajo, habría emprendido otro proyecto distinto, y estamos seguros de que también habría sido un éxito. Bere es pasión en estado puro.
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