¿Son las franquicias un negocio rentable?

La franquicia es un modelo de negocio en auge en nuestro entorno y así lo indican los datos presentados en el informe “La Franquicia en España” que ha elaborado la AEF (Asociación Española de Franquiciadores) con la colaboración de Cajamar.

Xavier Vallhonrat, ex-presidente de la Asociación Española de Franquiciadores

¿Cómo se encuentra el sector de la franquicia y cuáles son las previsiones de futuro?

Los datos recogen una tendencia de recuperación y crecimiento que se inició en el año 2014. La franquicia resistió bastante bien la época de crisis y la sobrellevó con una nota bastante interesante. Actualmente, nos hemos olvidado de ella y estamos creciendo en número de marcas franquiciadoras, número de establecimientos, facturación, empleo generado, y por lo tanto, la tendencia sigue siendo la misma que en años anteriores a la crisis. Las expectativas son buenas.

“Nos hemos olvidado de la crisis y los datos recogen una tendencia de recuperación y crecimiento”

Xavier Vallhonrat, ex-presidente de la Asociación Española de Franquiciadores.

El sistema de franquicias sigue creciendo, en concreto ha vuelto a crecer por cuarto año consecutivo, en todas sus variables. ¿Son las franquicias un negocio rentable?

Como todos los negocios, cualquier negocio que se desarrolle en régimen de franquicia tiene un componente de riesgo. ¿Qué aporta la franquicia en este sentido? Reduce ese riesgo para que el franquiciado afronte su etapa empresarial con la ayuda de la experiencia que tiene el franquiciador. La franquicia es interesante siempre que el concepto que se seleccione esté acorde con las expectativas del franquiciado.

El emprendedor tiene que elegir teniendo en cuenta si le interesa a él como persona, es decir, si se ve realizado e identificado en esa franquicia, y en segundo lugar, después de hacer un examen exhaustivo de cuál es la oferta de la franquicia. En este sentido, la Asociación Española de Franquiciadores complementa esta información tantas veces como nos lo piden para que el emprendedor que se incorpora al sistema de franquicia lo haga con conocimiento de causa y con el mínimo riesgo posible.

 

¿Quién se interesa por emprender en el sistema de franquicia?

Variopinto. Es muy difícil definir esto porque en la oferta podemos encontrar franquicias de 10.000 euros con expectativas de grandes crecimientos porcentuales pero más modestos en números absolutos, y también podemos encontrar otras franquicias de 1 millón de euros. Evidentemente, el franquiciado que se interesa por una franquicia de 10.000€ o de 20.000€ es alguien que quiere trabajar por su cuenta creando su propio negocio en busca de autoempleo. Si hablamos de una franquicia de un millón de euros estamos hablando claramente de inversores que buscan la seguridad que les pueda aportar la franquicia.

En cuanto a inversión media, hay un importante número de franquicias entre los 150.000 euros y 300.000 euros con una rentabilidad alta y una aportación del franquiciado que supone un esfuerzo de trabajo importante. Por debajo de estas opciones las hay también asequibles con unos resultados que pueden ser interesantes.

¿Qué sectores destacan actualmente en el mercado de la franquicia?

Hay tres grandes macrosectores, la moda, la hostelería y la alimentación, que actualmente representan más del 50% del porcentaje de la franquicia. Además de estos tres, podemos hablar de otro gran sector, el dedicado a la belleza y la estética, al que añadiríamos los gimnasios que han dado un empuje muy fuerte en los últimos años a este sector. Por último, un sector que tiene mucha fuerza últimamente, el sector de tintorerías al que se han unido las lavanderías automatizadas, con un crecimiento muy alto en los últimos tiempos.

 

Una de las principales ventajas o puntos fuertes es el comenzar a trabajar sobre un negocio consolidado, con éxito. ¿En qué proporción fracasan los nuevos negocios basados en la franquicia?

Fracasan en la proporción en que el franquiciado se cree que la franquicia le va a solucionar todo sin tener que trabajar, porque la franquicia es todo lo contrario. Ser franquiciado significa adoptar un negocio como propio con unas directrices basadas en el éxito del franquiciador pero es un negocio que exigirá mucho del franquiciado. Cuando éste no acude a la llamada del trabajo y no le pone dedicación al negocio, el problema empieza dentro y fuera del sector de la franquicia. Es un esfuerzo que cualquier emprendedor tiene que tener en cuenta.

Por otro lado, fracasa si la oferta franquiciadora no responde realmente a los parámetros que tiene que firmar una franquicia: tener un éxito previo como negocio propio del franquiciador, una capacidad de dar formación al franquiciado y una marca que apoye a ese franquiciado.

En porcentajes, históricamente se ha hablado de que cuando un emprendedor empieza, al cabo de un año tiene el 80% de posibilidades de fracasar y un 20% de encontrar el éxito. Nos gusta decir que la franquicia invierte estos porcentajes y que los emprendedores tienen un 80% de posibilidades de encontrar el éxito. Esos porcentajes nadie los ha medido pero suenan muy bien. En cualquier caso, la franquicia aporta menos riesgos y más conocimientos, y está preparada para que el franquiciado gane y, por tanto, el franquiciador también lo haga.

¿Cuáles son las comunidades autónomas que cuentan con un mayor número de empresas franquiciadoras?

Históricamente ha sido Madrid la comunidad autónoma con más presencia franquiciadora, seguida muy de cerca por Cataluña en número de marcas. En tercer lugar, Valencia, con un largo historial de éxitos en este sentido, y Andalucía como cuarta comunidad autónoma en volumen de franquicias. Destacaría comunidades como Murcia y Extremadura que, aunque tienen menos presencia de marcas franquiciadoras, en los últimos tiempos han generado muchos conceptos de negocio nuevos.

¿Todos los negocios son susceptibles de ser franquicia?

Todos los negocios no son franquiciables. Si la marca no aporta no es una franquicia. Como ejemplo, si una empresa de moda se dedica a comprar prendas de ropa a un distribuidor y solamente las distribuye a sus franquiciados, no existe aportación de la marca, solamente hay una compra-venta sin más valor añadido. En este caso, la franquicia tiene que tener su propia línea de moda y, a partir de ahí, desarrollar el concepto.

Puede darse el caso de que haya empresas que ofrezcan éxito de una marca propia cuando no son una marca propia. De ahí la importancia de informarse bien y saber con quién va a casarse uno porque el problema del divorcio está a la vuelta de la esquina si no eliges bien y si no te das cuenta de que la franquicia requiere, por un lado, haber triunfado como marca propia, es decir, que sea un éxito demostrable, y por otro lado, que sea capaz de aportar formación y asistencia. Además de todo esto, la franquicia debe ser capaz de adaptarse a la sociedad y a los nuevos hábitos de consumo. Por lo tanto, a veces no basta con tener un negocio fantástico que funciona muy bien durante los primeros años si no sabes adaptarte al mercado. Un ejemplo de esta adaptación podrían ser los servicios a domicilio que comenzaron hace muchos años con el envío de pizzas a domicilio. Actualmente cualquier marca de servicios a domicilio está ofreciendo una gama más amplia de productos y eso es sencillamente porque el consumidor se lo ha pedido. Esa adaptación ha permitido que esas marcas sigan vigentes en el mercado. 

“No basta con tener un negocio fantástico que funciona muy bien durante los primeros años si no sabes adaptarte al mercado”

Xavier Vallhonrat, ex-presidente de la Asociación Española de Franquiciadores

Las ventajas son claras pero, ¿cuáles son los inconvenientes de montar una franquicia?

En primer lugar, un emprendedor, por definición, tiene una capacidad de iniciativa alta que será coartada por las normas que le va a dar la marca franquiciadora. Por lo tanto, el perfil del franquiciado tiene que ser un emprendedor con la capacidad de saber estar con la marca y saber estar con la iniciativa propia, y de eso sacar una ventaja y no un problema.

El otro inconveniente es que cuesta dinero. El franquiciador ha construido su marca a través de su inversión y la recupera vendiendo sus conocimientos y experiencia al franquiciado. Por lo tanto, hay que gastarse el dinero si se quiere tener una franquicia. Este último no debe ser un inconveniente, pero sí una condición.